
Lo que debía ser una noche de fútbol apasionante terminó teñido por la violencia. El plantel de Lanús fue atacado con piedras por un grupo de hinchas de Universidad de Chile cuando el bus del equipo argentino se dirigía al Estadio Nacional de Santiago, horas antes del duelo de ida por las semifinales de la Copa Sudamericana 2025.
El jugador Eduardo Salvio publicó en sus redes sociales imágenes del vehículo con los vidrios rotos y expresó su indignación: “¿Hasta que no maten a un jugador no van a cambiar? Lamentable, no aprendemos más”. Su mensaje encendió la polémica y fue replicado por medios y colegas de ambos países.
De acuerdo con la prensa local, el ataque ocurrió pese a que el partido se disputa sin presencia de hinchas visitantes, medida dispuesta por seguridad. Las autoridades chilenas y la CONMEBOL ya investigan el incidente, mientras Lanús solicitó garantías para disputar el encuentro en condiciones seguras.
El hecho desató una fuerte ola de repudio en redes sociales, donde fanáticos y periodistas criticaron la falta de control y el riesgo al que fueron expuestos los jugadores. Desde el club chileno, en tanto, trascendió que se colaborará con las autoridades para identificar a los responsables.
Más allá del resultado deportivo, el episodio vuelve a poner en debate la violencia en el fútbol sudamericano y los protocolos de seguridad en torneos internacionales. Una vez más, la pasión se ve eclipsada por hechos que amenazan la integridad de los protagonistas y manchan el espectáculo.
